te pensé desde hace un millón de instantes
cuando ninguna salida era llegada
en días de estar separado de mi pulso
te dibujaba con el color de la fantasía
te conocí desde mis letras
en mi pluma ya tenías morada
pasaron tantas cosas y personas
desesperaste en mi tinta
-te ocultaste-
yo nunca supe jugar al escondite
me quedé de pie hallando afuera la vida
con la pluma criticando todo y a todos
y tú
esperando dormida
después temí al movimiento y me acoplé a la inercia
las ilusiones se fueron borrando
creí que ya no existías
inicié una existencia normal y fácil
una contradicción evidente
alarmante
comenzó tu despertar
te vi sin saber que te veía
me vi sin saber lo que miraba
y luego
simplemente me fui
mi existencia seguía con su ritmo de cansancio
la voz adquirió la potencia del trueno
pero ya estabas atenta
y yo sin saberlo
hasta que goteaste libremente de mis ganas
y te escribí desde una fe sin artificios desperté
tu suavidad me convidaba
sin buscarte te encontré otras cinco veces
-en las últimas dos te hiciste tinta-
o más bien en garabatos copié tu esencia
mi cansancio fue muriendo agradecido
me liberaste de fronteras
de palabras cotidianas
te hiciste mujer
entendí porque te miraba
hace un millón de instantes
cuando tu nombre no era tu nombre
y el mío no era igual al tuyo ya te quería
imagina entonces cuanto te siento y quiero
si te guardé inadvertido mi amor
mi aliento
y además te imaginaba a mi manera
con límites
vas más allá de todo sueño sincero
mucho más
lo mejor
es que al recordarte hace un millón de instantes
nos recuerdo sin final
miércoles, julio 11, 2007
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